
SOBRE MÍ
Me defino como una persona emotiva y extrovertida, que he tenido la suerte de dedicarme a aquello que me apasiona: la fotografía.
De pequeño ya me quedaba fascinado con la Super 8 de mi padre y por la afición que despertaba la fotografía y la pintura en mi tío, José Mª, y gracias a ellos se fue instaurando en mí un gusanillo que me acompañará siempre.
Además, me atrae el arte en general, y todo lo que sean canales de expresión para comunicarme con los demás y hacerlos partícipes de una de las cosas más importantes que tenemos en nuestra vida: los sentimientos.
Por eso, ser fotógrafo va mucho más allá de unos condicionantes técnicos: luz, velocidad de disparo, objetivo… ser fotógrafo es una actitud ante la vida, una forma de ver y de captar cada momento en algo único.
Me gusta viajar para encontrar escenarios desconocidos que me sorprendan y hago propios con mi fotografía, pero al mismo tiempo me gusta tener los pies en el suelo, donde tengo mis raíces y a los míos cerca.
Siempre con un denominador común a la hora de ponerme detrás del objetivo: congelar esa mirada, esa felicidad, esa complicidad, ese momento que hace vibrar cada vez que se mira la imagen.
Los momentos irrepetibles siempre cuentan una historia y es la más importante: la de nuestras vidas. Por eso, cuando me dispongo a captar la realidad en fotografías, intento transmitir los sentimientos, contar esa historia personal e intransferible, que pasa a un primer plano en días inolvidables.
Me gusta esperar ese momento justo, en que Tiempo, Luz y Sentimientos se unen para formar ese momento que lo dice todo en una simple imagen.
La palabra Meraki llego por casualidad a mí y define exactamente en una palabra todo lo que soy, amor, pasión y creatividad en mi trabajo.